La producción de leche fluida en Panamá ha experimentado una tendencia decreciente en los últimos años. En 2015 se producían unos 205 millones de litros anuales, mientras que para 2023 la cifra cayó a 179 millones de litros, una reducción cercana al 13%. Esta caída productiva se atribuye principalmente a factores climáticos adversos y eventos extremos recurrentes (fenómenos El Niño/La Niña) que merman la disponibilidad de forrajes.