Las características geográficas de México y las adversas condiciones sociales que padecen algunos sectores de la población lo convierten en uno de los países más vulnerables a los impactos adversos del cambio climático. En poco más de 100 años, las temperaturas superficiales terrestres y marinas han aumentado en todo el país; sin embargo, en ciertas zonas del norte del país, estos cambios han sido mayores, oscilando entre 1.2 y 1.5 °C por encima del promedio histórico (Figura 1). Esta tendencia de calentamiento observada ha estado acompañada de un aumento en el número de días extremadamente cálidos y una disminución de los días extremadamente fríos y las congelaciones. Cabe destacar un número creciente de fenómenos hidrometeorológicos extremos, como ciclones tropicales y huracanes. Entre 1970 y 2013, 22 ciclones de categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson afectaron las costas mexicanas del Pacífico y del Atlántico, 10 de los cuales ocurrieron en los últimos 12 años (Mapa 1). En lo que va del siglo, se han registrado cinco eventos importantes de sequía: entre 2000 y 2003, en 2006, entre 2007 y 2008, en 2009 y entre 2010 y 2012. En algunos casos, la sequía ha sido tan severa que ha afectado a grandes extensiones del país, como en 2011, cuando afectó al 90% del territorio.
El nivel del mar ha aumentado en muchas zonas costeras de México durante el período 1901-2010, pasando de 17 a 21 centímetros. De 17 sitios monitoreados en el Golfo de México y el Océano Pacífico entre los años cincuenta y 2000, se ha observado un importante aumento del nivel del mar en Ciudad Madero, Tamaulipas (con un aumento del nivel del mar de 9.16 mm al año) y Guaymas, Sonora (4.23 mm al año).