La Estrategia tiene como objetivo primordial fortalecer la resiliencia del sector agropecuario colombiano frente al cambio climático. Se estructura en torno a cinco líneas estratégicas que incluyen: la generación y uso de información agroclimática, la implementación de prácticas sostenibles, la mejora de la resiliencia frente a eventos climáticos extremos, la promoción de inversiones en desarrollo rural bajo en carbono, y la coordinación interinstitucional. Estas acciones buscan no solo minimizar la vulnerabilidad climática del sector, sino también mejorar la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible de las comunidades rurales​. Dentro de esta estrategia, se destaca el concepto de agricultura climáticamente inteligente, el cual se enfoca en prácticas agrícolas que aumentan la productividad de manera sostenible y contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. El plan enfatiza la importancia de técnicas adaptadas al contexto colombiano, como los sistemas silvopastoriles y el establecimiento de cultivos resistentes al clima.