El Convenio tiene como objetivo principal conservar la biodiversidad terrestre y costero-marina de la región centroamericana para el beneficio de las presentes y futuras generaciones. Los Estados firmantes se comprometen a conservar y usar de manera sostenible sus recursos biológicos, asegurando que sus actividades no causen daños a la diversidad biológica dentro y fuera de sus jurisdicciones. Además, el convenio enfatiza la cooperación internacional y regional para la conservación de los recursos naturales, reconociendo el valor de la biodiversidad para el desarrollo económico y social. Las acciones estipuladas en el convenio incluyen la creación y fortalecimiento de áreas protegidas, tanto terrestres como marinas, como instrumentos esenciales para la conservación de los ecosistemas. También se promueve la investigación científica, el manejo eficiente de estas áreas, y la participación de la comunidad internacional en términos técnicos y financieros. Asimismo, el convenio insta a los países a desarrollar leyes nacionales para la conservación de la biodiversidad, fomentar el ecoturismo, y regular la recolección y comercialización de recursos biológicos. Además, se subraya la importancia de la educación y la concienciación pública sobre la necesidad de conservar y usar sosteniblemente los recursos biológicos, asegurando la participación ciudadana en estas iniciativas.