Está se construyó en torno a tres sectores considerados estratégicos para el desarrollo: agroalimentario, logístico y salud. Efectivamente, fueron seleccionados debido a su contribución al PIB y al empleo, pero también porque existen capacidades científicas, tecnológicas y de innovación relevantes para impulsarlos; hay un ecosistema de innovación en torno a ellos que incluye instituciones de educación superior, centros de investigación y empresas. Dichas actividades económicas, por su distribución territorial, tienen alto impacto en el desarrollo regional y gran importancia social, se alinean al Plan Estratégico de Gobierno y al PENCYT 2019-2024. Especialmente la agenda de innovación agroalimentaria, espera contribuir a la producción de alimentos de manera sostenible que permita satisfacer necesidades de una población creciente, el desarrollo equitativo de los países y la sustentabilidad ambiental de sus operaciones.