En el marco del Proyecto Paisajes Productivos implementado por Mi Ambiente, se promove la comercialización de la leche y carne sostenibles, con el fin ofrecer al mercado productos de primera calidad, inocuos y producidos mediante la incorporación de sistemas silvopastoriles y buenas prácticas de manejo, que contribuyan a incrementar la productividad, así como la conservación de la biodiversidad y generación de servicios eco sistémicos como carbono, agua, manejo del suelo; para mejorar los medios de vida de la familias ganaderas y el producto final que reciben los consumidores. Como parte de estos esfuerzos para fortalecer al sector ganadero, se analizó la cadena de valor de la carne y la leche con el objetivo de identificar a sus eslabones, actores, relaciones entre ellos, costos y márgenes; así como los servicios de desarrollo empresarial disponibles a lo largo de la cadena. A partir de este mapeo, se identificaron oportunidades y limitaciones para el desarrollo de la cadena de valor y se propone una estrategia para la superación de los cuellos de botella. La metodología utilizada consistió en: i) Revisión de información secundaria como publicaciones, tesis, notas de prensa y otros documentos relacionados, ii) Recolección de información primaria utilizando para tal fin dos actividades: 1) Aplicación de encuestas semi- estructuradas con preguntas abiertas y cerradas a los actores clave de la cadena, para completar los vacíos en la revisión de información secundaria y 2) Desarrollo de talleres participativos con actores clave de la cadena en Yoro, Olancho y Choluteca para la construcción de la cadena de leche y carne (actores, relaciones, datos cuantitativos, oportunidades y limitaciones para su desarrollo. iii) Finalmente, se analizó la información de ambas fases para caracterizar la situación actual de los rubros leche y carne de Honduras. La cadena de valor de la leche está compuesta por los siguientes eslabones: insumos, producción primaria, acopio, transformación artesanal (constituido por pequeñas empresas que no pasteurizan la leche y producen queso, mantequilla y quesillo de menor calidad, los cuales son vendidos en el mercado local y nacional) y la transformación industrial (que pasteuriza la leche y sus derivados son empacados bajo estándares de alta calidad, vendidos nacionalmente o exportados) y comercialización. De todos los eslabones, el de producción es el que presenta mayores limitaciones. A nivel de estructura, la industria láctea presenta un alto nivel de concentración que está determinado por el nivel de integración vertical desde el acopio, pasando por el procesamiento y distribución del producto. Por otra parte, las empresas procesadoras medianas y pequeñas así como los procesadores artesanales, se dedican generalmente a dicha actividad en una menor medida y no tienen niveles de integración vertical significativos, lo que incide en su bajo nivel de influencia en el mercado. El acceso y disponibilidad de insumos de producción es adecuado, pero se ve limitado por la falta de recursos económicos por parte de los productores para adquirirlos. Así mismo sobresale la urgencia de los productores por contar con suplementos alimenticos de alto valor nutricional y de bajo costo. En cuanto a la producción de leche, los rendimientos varían dependiendo del sistema de producción utilizado (intensivo o extensivo) y de la aplicación de buenas prácticas para la producción. Actualmente los productores enfrentan una serie de retos entre los que sobresalen: el cambio climático (sequía), altos costos de producción, alta dependencia de insumos externos de producción, incremento en las plagas, reducción en la calidad de los pastos, resistencia al cambio y falta de asistencia técnica (productiva y empresarial). Los precios están fijados por la calidad época del año. En términos generales, el productor tiene 4 opciones para colocar su producto: i) directo a la planta industrial procesadora (Lacthosa, Leyde), ii) Del productor al CREL y del CREL a la planta industrial, iii) Del productor a las plantas artesanales y iv) Venta de la leche a un intermediario (que generalmente la recoge en la finca) que a su vez la vende a las plantas industriales menores y a las plantas artesanales. Existe una importante participación de los intermediarios, quienes recolectan leche de ganaderos que producen bajos volúmenes diarios (hasta 1 litro), así como de productores que están ubicados en zonas muy retiradas o de difícil acceso. Los recolectores en general no aplican controles de higiene o calidad, ni Buenas Prácticas de Transporte. En el eslabón de comercialización, las principales presentaciones consumidas a nivel nacional son la leche fluida UHT, queso fresco, crema y yogurt. Las exportaciones de queso, queso y leche (pasteurizada y UTH) se dan principalmente a El Salvador y Guatemala. Las plantas artesanales venden sus productos principalmente en los mercados municipales y pulperías, mientras que las plantas industriales tienen mayor cobertura en las principales ciudades del país. En la cadena de valor de la carne, sobre salen los siguientes actores: los criadores, engordadores o repastadores, empacadoras o procesador industrial, los mataderos municipales y rurales, los intermediarios, distribuidores, mayoristas y consumidores (Reyes Puerto et al., 2013). En el eslabón de producción se encuentran los criadores, quienes producen los animales (cruces de razas criollas con razas cebuinas), y los engordadores quienes adquieren el ganado de los criadores y los engordan (tanto en pastoreo como de manera semi e intensiva) hasta llevarlos a un peso que les permita venderlos a las plantas procesadoras o a los rastros. El precio es producto de la especulación a lo largo de la cadena, no existen bolsas agropecuarias ni subastas de ganado de engorde que brinden precios de referencia. Los insumos de producción a pesar de estar disponibles para los productores; son considerados de alto costo por lo que su uso no es generalizado. Al igual que en el sector lácteo, el eslabón de producción es el que presenta mayores limitaciones, agravadas por la disminución sustancial del hato nacional por la venta de ganado a mejor precio (en Guatemala y México). El eslabón de transformador, está constituido por empacadoras o procesadores industriales, quienes se encargan de comprar el ganado (a criadores o engordadores) para procesarlos (canales o distintos cortes) que serán comercializados de manera íntegra o como embutidos. También, están presentes los mataderos municipales y rurales, los intermediarios, distribuidores mayoristas y consumidores. Los intermediarios se dedican al transporte de animales de los criadores y engordadores hacia las empacadoras y mataderos hasta las carnicerías, mercados y supermercados. Ellos juegan un rol clave en la cadena por la dispersión geográfica de los productores y a la falta de organización entre ellos. Los distribuidores se encargan de repartir los productos desde las empacadoras o procesadores industriales, mataderos municipales hasta los puntos de venta finales (supermercados, carnicerías, restaurantes, hoteles, cafeterías y pulperías). Finalmente, los mayoristas se encargan de almacenar las reses en canal y distribuirlas en los mercados populares de Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba y otras ciudades importantes del país. En ambas cadenas se evidenció que el aparato estatal de apoyo al sector existe, pero tiene grandes limitaciones para desarrollar su trabajo, lo que ha tenido como consecuencia más evidente la desaparición de los servicios de extensión agropecuaria. En cuanto al potencial para desarrollar una producción sostenible en ambas cadenas, los productores en general se mostraron abiertos a la posibilidad de conocer y aplicar buenas prácticas para la producción sostenible. Sin embargo, dejaron en claro manifiesto la necesidad de contar con una relación beneficio costo favorable para su implementación.