Proteínas de alta calidad, carbohidratos (cereales y azúcares), grasas y alimentos fortificados y biofortificados para alcanzar una dieta equilibrada y nutritiva que contribuya a la salud humana.
El deseable y necesario aumento del consumo de frutas, legumbres y hortalizas solo será posible mediante un notable esfuerzo en la producción y educación de la población para el consumo de dichos productos y en la logística para su comercialización, el cual los hará más competitivos y accesibles, especialmente en favor de los consumidores de menores ingresos.
Implementar sistemas de producción sostenibles dentro de esquemas de “una sola salud” u otros que agreguen beneficios de salud pública a lo largo de toda la cadena de valor es una estrategia útil para desarrollar sistemas agroalimentarios que optimicen los resultados sanitarios reconociendo la interconexión entre las personas, los animales, las plantas y el entorno que comparten.
La situación de inseguridad alimentaria con implicaciones sociales, económicas y ambientales que afectan al Triángulo Norte Centroamericano merece una atención especial.
Los nuevos escenarios de la ciencia y la tecnología representan una oportunidad estratégica para avanzar hacia una agricultura más productiva y sostenible, gracias a que posibilitan mayores niveles de precisión y eficiencia. La economía circular y la bioeconomía, que implican un enfoque en el uso eficiente de los recursos (incluida la intensificación sostenible de la producción) y la reducción y reutilización de los desperdicios de la producción agropecuaria para la producción de otr...
Lograr un sistema alimentario más equilibrado y eficiente requerirá un plan de inversiones para el desarrollo de tecnología e infraestructura de producción, transporte y logística de gran magnitud. Para que estas inversiones se hagan efectivas, es necesario que los países diseñen y ejecuten planes estratégicos de mediano plazo que permitan desarrollar alianzas público-privadas. Los Estados deben invertir en infraestructura básica y bienes públicos, sobre los cuales luego los actores p...
Las Américas contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional global, al ser la principal región exportadora de alimentos y la mayor proveedora de servicios ecosistémicos y reserva de biodiversidad. Además, desempeña un rol fundamental en la sostenibilidad ambiental y en la mitigación de los efectos del cambio climático a escala mundial.
Para que la agricultura contribuya a lograr los equilibrios globales, se requerirán políticas de inclusión productiva y protección social orientadas a asegurar la sustentabilidad social y económica, y a atender las carencias que enfrentan los sectores más vulnerables en los territorios rurales. Estas políticas deberán ser transversales al conjunto de los productores y prestar especial atención a las necesidades de la agricultura familiar, la juventud, las mujeres rurales y los pobres ru...
Los productores agropecuarios están en el centro de los sistemas agroalimentarios de las Américas, con una gran diversidad de sistemas y planteamientos productivos, incluyendo la agricultura familiar. Es esencial, por lo tanto, que participen en el debate y el diseño de las estrategias diferenciadas a implementar.
El Caribe requiere una mirada particular, al ser una subregión dependiente de las importaciones de alimentos, afectada frecuentemente por desastres naturales y el cambio climático e integrada por Estados insulares de menor escala y competitividad agrícola. Fortalecer la resiliencia frente a los eventos climáticos, reducir los niveles de inseguridad alimentaria y aplicar enfoques de cooperación internacional y financiamiento para hacer frente a los nuevos modelos son prioridades por consider...