El plan detalla el camino a seguir para hacer de Quito una ciudad neutra en emisiones de gases de efecto invernadero y resiliente al clima para el año 2050, utilizando un enfoque gradual mediante la identificación de objetivos, metas y acciones prioritarias para el corto (2023), mediano (2030) y largo plazo (2050). El plan sigue los tres objetivos principales de la ciudad en materia de política climática 1) frenar el crecimiento de la huella de carbono, 2) impulsar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad social a través de soluciones basadas en la naturaleza (NBS), y 3) garantizar el bienestar, la salud y la calidad de vida de los ciudadanos.
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