El Plan de Desarrollo Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y el sur-sureste de México, coordinado por la CEPAL, se centra en abordar las causas estructurales de la migración mediante un enfoque multidimensional que incluye desarrollo económico, bienestar social, sostenibilidad ambiental y la gestión del ciclo migratorio. Este plan se propone como una respuesta a la migración forzada, buscando convertirla en una opción voluntaria a través de la mejora del bienestar y la creación de oportunidades en los países de origen. En el ámbito de la agricultura, el plan contempla varias acciones orientadas a fortalecer la resiliencia y la sostenibilidad del sector, lo que incluye la implementación de prácticas agrícolas sostenibles y la promoción de cadenas de valor agrícolas que potencien la seguridad alimentaria y generen empleo rural. Estas acciones están diseñadas para mitigar uno de los motivos de migración, como es la inseguridad económica que enfrentan los agricultores debido a prácticas no sostenibles y a los efectos del cambio climático. Las recomendaciones y acciones propuestas buscan también la integración de la agricultura en un marco más amplio de desarrollo territorial, donde se prioriza la inversión en infraestructura y servicios, la diversificación económica y el fortalecimiento de la gobernanza local.