A través de este plan, se busca abordar las problemáticas y desafíos históricos enfrentados por el sector agrícola, como la migración rural-urbana, y la desaparición de explotaciones agropecuarias de menor superficie, con el objetivo de promover un desarrollo rural integral y sostenido que evite la concentración urbana y fomente una distribución equitativa de los recursos. El plan destaca la importancia de políticas públicas efectivas y sostenidas que puedan traducirse en resultados tangibles de justicia social. propone diversas acciones estratégicas para fortalecer el sector. Estas incluyen el fortalecimiento institucional mediante marcos regulatorios y políticas públicas, mejoras en la infraestructura agraria y de pesca, y facilitación del acceso a mercados tanto nacionales como internacionales. Además, se ofrece asistencia técnica y capacitación a los productores, junto con incentivos fiscales y apoyo financiero para fomentar inversiones sostenibles. El plan también promueve programas de educación y sensibilización sobre la importancia de la agricultura familiar, apoya la investigación y el desarrollo de tecnologías adaptadas a sus necesidades, y busca integrar a los agricultores en las políticas nacionales de desarrollo, asegurando su participación activa en la toma de decisiones.