La orden presentada por La Casa Blanca, pretende impulsar la innovación en biotecnología y biofabricación para una bioeconomía estadounidense sostenible y segura. Por lo que esta dirigida a fortalecer la bioeconomía de Estados Unidos, reconstruir las cadenas de suministro nacionales o locales y apoyar el ecosistema de innovación de la nación. También pretende impulsar la soberanía biotecnológica. Por medio de la biofabricación, o el uso de sistemas biológicos para producir bienes y servicios a escala comercial. Estas tienen el potencial de impulsar nuevas alternativas sostenibles en todas las industrias, incluidos los plásticos, los combustibles y los medicamentos. Estas innovaciones pueden desbloquear nuevas soluciones en salud, cambio climático, energía, seguridad alimentaria, agricultura, resiliencia de la cadena de suministro y seguridad nacional y económica.