En América Latina y el Caribe, aproximadamente un tercio de la población se identifica como afrodescendiente o indígena. Sin embargo, persisten importantes brechas de conocimiento que limitan la capacidad de los países para diseñar e implementar políticas públicas que atiendan plenamente las necesidades específicas de estos grupos. En los últimos años, un creciente cuerpo de investigación está arrojando nueva luz sobre la relación entre raza, etnia y oportunidades. Esta evidencia emergente está ayudando a dar forma a políticas y programas más efectivos para impulsar la prosperidad compartida.