Rusia y Ucrania juegan un rol estratégico en los mercados mundiales de productos básicos, y especialmente en la exportación de trigo. El impacto de la guerra entre estos dos países acelera la necesidad de una transformación profunda de las cadenas de suministro a larga distancia, dado que lo que está en juego es el acceso a los alimentos. Hoy, de los 195 países del mundo, al menos 34 son incapaces de producir su propia comida debido a limitaciones de agua o de tierra. La predicción del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas es que 2022 será «un año de hambre catastrófica