Este Informe subraya la crucial necesidad de asegurar que la liberalización comercial no socave los derechos de las mujeres ni los medios de subsistencia de la gente pobre y apoya la agenda de la igualdad de género. Ello requiere, fundamentalmente, del reconocimiento explícito de la contribución de las mujeres a la economía a través de su trabajo tanto productivo como reproductivo no remunerado.