Distintos estudios internacionales han correlacionado la utilización de fertilizantes químicos y la agudización de los procesos de cambio climático, derivando de ello recomendaciones en el sentido de reducir su utilización, ampliando dicha sugerencia al resto de los agroquímicos (herbicidas, insecticidas, acaricidas, termiticidas, nematicidas, molusquicidas, rodenticidas y funguicidas). La decisión multilateral de impulsar una reducción del empleo de fertilizantes nitrogenados, como forma de mitigación del cambio climático, quedó plasmada en la denominada Declaración de Colombo7, de octubre de 2019. A través de ella se impulsa la reducción de la utilización de fertilizantes nitrogenados a la mitad del actual nivel para el año 2030.