La agricultura es clave para el desarrollo económico y social de los países andinos, ya que contribuye a la seguridad alimentaria y al crecimiento inclusivo y sostenible. A pesar de crisis como la pandemia de COVID-19, el sector ha demostrado su resiliencia y potencial económico. Hoy en día, ofrece oportunidades para la diversificación productiva, la inclusión social y el cumplimiento de metas climáticas. Como plantea este libro, esto es posible mediante modelos productivos sostenibles que reduzcan la deforestación, optimicen el uso del agua y generen beneficios socioeconómicos y ambientales que superen sus costos. Para aprovechar estas oportunidades, es fundamental superar desafíos estructurales como la baja productividad, la falta de infraestructura y la necesidad de ajustar prioridades ante el cambio climático. También se debe impulsar la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres en la agricultura. La conexión del sector agrícola con nuevas oportunidades económicas es una prioridad en la región. Desarrollar cadenas de valor permitirá mejorar la productividad, generar empleo, fortalecer el sector exportador y promover el bienestar en las zonas rurales. Apostar por la agricultura es una estrategia de beneficio mutuo que requiere acción inmediata.