Hemos entrado en una era de policrisis donde conflictos, cambio climático y los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 amenazan el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La pandemia ha revertido avances en salud, educación y economía, aumentando la pobreza extrema y la desigualdad global. En 2023, los conflictos y violaciones de derechos humanos desplazaron a 110 millones de personas, la cifra más alta registrada. Además, la crisis climática se agrava con temperaturas globales en aumento, desastres naturales frecuentes y una contaminación por plástico alarmante en los océanos. La recuperación tras la pandemia ha sido desigual, y los países en desarrollo enfrentan deudas crecientes y limitaciones fiscales. Se requieren reformas urgentes en las instituciones financieras y de gobernanza mundial para dar voz a estos países. La Cumbre de los ODS en septiembre será crucial para renovar compromisos y promover acciones concretas hacia los ODS. A pesar de los desafíos, la Agenda 2030 sigue siendo una guía esencial. Es vital que líderes y ciudadanos trabajen juntos para alcanzar los ODS, asegurando un futuro sostenible para la humanidad y el planeta.