El informe señala la importancia de entender los riesgos interrelacionados y sistémicos, así como los factores subyacentes que impulsan el riesgo de catástrofes, incluyendo el cambio climático, pandemias, epidemias y conflictos armados, y cómo estos factores afectan la producción agrícola, las cadenas de valor y la seguridad alimentaria. Además, resalta la necesidad urgente de mejorar los instrumentos y sistemas de recopilación de datos para apoyar políticas y soluciones basadas en datos objetivos destinadas a reducir el riesgo y fomentar la resiliencia en la agricultura.