La FAO, en colaboración con diversos actores en América Latina y el Caribe, destaca el papel vital de los mercados tradicionales de alimentos en la región. Estos mercados no solo garantizan el acceso alimentario para las familias, sino que también generan oportunidades económicas y ayudan a enfrentar desafíos como el cambio climático y conflictos geoeconómicos. La FAO ha trabajado en países como Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Uruguay para fortalecer estos mercados y modernizarlos.