Esta iniciativa transformará la capacidad de adaptación climática de los sistemas de alimentos, tierra y agua en seis países de ingresos bajos y medios, aumentando en última instancia la resiliencia de los sistemas de producción de pequeños agricultores para soportar los graves efectos del cambio climático, como la sequía, las inundaciones y las altas temperaturas. Este objetivo se logrará a través de: Reducir el riesgo para los medios de vida de los productores y en las cadenas de valor mediante el empleo de la gestión del riesgo agrícola, innovaciones inteligentes desde el clima y servicios de información digital para reducir el impacto del clima variable y los eventos extremos en los pequeños agricultores; Comprender los riesgos de seguridad climática e identificar caminos hacia una paz resistente al clima, incluido el acceso equitativo a los recursos naturales; Asegurarse de que los responsables de la formulación de políticas tengan la evidencia necesaria para desarrollar políticas y estrategias de adaptación que se necesitan con urgencia, holísticas y específicas del contexto, así como para desenredar las complejidades de las ciencias naturales y sociales que obstaculizan el progreso; Creación de capacidad para las políticas que reúnen las necesidades locales y las herramientas disponibles para permitir la gobernanza para la resiliencia, trabajando en todos los niveles, escalas y sectores, y atrayendo a los "defenses del cambio" que puedan abogar por la inversión local y el empoderamiento y la inclusión de todos; Escalar la financiación climática con mecanismos innovadores que aumentan el acceso de los agricultores a la financiación a nivel local y ayudan a los responsables políticos a identificar nuevas oportunidades a nivel nacional; Garantizar la equidad social, porque un futuro resistente al clima y seguro desde el medio ambiente requerirá una política sensible a la inclusión, asegurando que se escuchen las voces de base y se incluya a las mujeres, los jóvenes y los grupos marginados.