El Convenio sobre la Diversidad Biológica es un tratado internacional jurídicamente vinculante que representa un paso significativo hacia la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos. Inspirado por el compromiso mundial con el desarrollo sostenible, el Convenio fue abierto a firma el 5 de junio de 1992 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tierra de Río) y entró en vigor el 29 de diciembre de 1993. Tiene tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes, y la participación justa y equitativa en los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.