La Ley tiene como objetivo principal establecer criterios para la política forestal, regulando la protección y el uso sostenible de los ecosistemas forestales y sus servicios ambientales, además de fortalecer la contribución de la actividad forestal en la conservación del medio ambiente y la preservación del equilibrio ecológico. Las acciones propuestas por la ley incluyen fomentar la coordinación interinstitucional entre distintos niveles de gobierno para gestionar de manera efectiva los recursos forestales. Además, se centra en la prevención y manejo de agentes disruptivos, como plagas e incendios, para proteger los ecosistemas. La ley también promueve el desarrollo de infraestructura y tecnología necesarias para el manejo forestal sostenible y fomenta la participación comunitaria, incentivando el manejo forestal comunitario para mejorar la calidad de vida de quienes participan en esta actividad. Los resultados esperados de esta ley incluyen la conservación de ecosistemas forestales, asegurando la protección y recuperación de áreas degradadas y promoviendo la biodiversidad. La última reforma de la ley fue en abril 2024