El Plan se centra en dinamizar la productividad, la competitividad, y la rentabilidad del sector agropecuario y no agropecuario rural. Con un enfoque en reducir las brechas entre el campo y la ciudad, el plan busca aprovechar el potencial agrícola del país, mejorar la inclusión productiva y social de los campesinos, especialmente de los pequeños productores, a través de la planificación basada en la vocación del suelo, y crear condiciones sociales y económicas favorables. Para lograr estos objetivos, el plan establece objetivos estratégicos, productos, metas, y acciones medibles. Esta estrategia busca formalizar relaciones contractuales entre productores y compradores (industria y grandes superficies comerciales), fomentando una distribución equitativa de utilidades a lo largo de la cadena de comercialización. Además, el plan prevé la implementación de servicios de acompañamiento técnico integral y la generación de espacios de encuentro oferta-demanda para avanzar en la agricultura por contrato, con incentivos financieros y técnicos específicos para promover esta modalidad.