Esta política es el resultado de un proceso de evolución y reconocimiento de la necesidad de avanzar más allá de políticas gubernamentales temporales, hacia compromisos estatales permanentes que aseguren el avance de los derechos de las mujeres. Se evidencia un progreso significativo en áreas como el acceso a la educación, la participación económica, y el liderazgo en espacios públicos y privados. Sin embargo, aún persisten desafíos en cerrar brechas de género y crear condiciones igualitarias para que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades de desarrollo económico y social. El CONPES 4080 establece un conjunto de acciones enfocadas en seis áreas principales: aumento de la autonomía económica de las mujeres, avance hacia la paridad en la participación política y en cargos de liderazgo, mejora de la salud física y mental, fortalecimiento de la política contra la violencia de género, afirmación del papel de las mujeres en la construcción de la paz, y fortalecimiento institucional para la transversalización del enfoque de género. Estas acciones están diseñadas para abordar las problemáticas multidimensionales que afectan a las mujeres en su curso de vida, destacando la situación particular de las mujeres rurales.